Los dispositivos que aprovechan mejor las fuerzas, cambiando su sentido o la dirección del movimiento, reciben el nombre de mecanismos.
Para automatizar un proceso necesitamos una fuente de energía, un elemento que nos permita poner en funcionamiento el objeto y pararlo.
Los automatismos son mecanismos que repiten constantemente la acción para la que están diseñados, pero su funcionamiento no se puede modificar.
El paso siguiente a la automatización es la robotización, un proceso mucho más complejo, ya que un robot debe ser capaz de realizar distintas tareas.
Un robot es una máquina automática y reprogramable, es decir, sus tareas se pueden modificar cambiando su programa. También es reactiva, lo que quiere decir que es capaz de detectar información del entorno y de reaccionar ante ella.
Los robots son objetos que se encuantran principalmente en la industria. Se suelen utilizar en cadenas de montaje, y hay otros que son capaces de desplazarse y se emplean para transladar mercancías, apagar incendios o desactivar bombas.
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